Los 85.6 kilómetros de la vía Bogotá – Villavicencio están divididos ahora de la siguiente manera: Calzada Existente (tercio inicial), nueva calzada El Tablón – Chirajara (tercio medio) y nueva calzada Chirajara – Fundadores (tercio final).
Durante 25 años este corredor estuvo a cargo del anterior operador, pero desde el 3 de noviembre de 2019 tal como lo establece el Contrato de Concesión 005 de 2015 en su segunda fase, la administración, operación y mantenimiento pasó a manos de COVIANDINA SAS.
No obstante, para mayor información de nuestros usuarios y cibernautas, en esta sección encontrará una breve reseña histórica de lo que ha sido la modernización y la construcción de las nuevas obras que posicionan a la vía Bogotá – Villavicencio como uno de los corredores viales más destacados e importantes del país.
Sector construido por Coviandes
Vía al Llano 1980
Mucho se ha hablado de los problemas en la vía Bogotá-Villavicencio a causa de los cierres. Lo que la mayoría de personas desconoce es que se trata de un proyecto complejo, que se caracteriza por atravesar una zona de considerable inestabilidad como lo es la Cordillera Oriental.
El lugar se caracteriza por la frecuente reacomodación de placas tectónicas, lo que origina movimientos y deslizamientos. Además, en la inestabilidad inciden factores humanos (antrópicos) que agravan problemas como la deforestación, la potrerización con el uso de la capa vegetal como alimento para el ganado, las técnicas inadecuadas de cultivo con surcos longitudinales en vez de terrazas y el riego con mangueras, lo cual propicia deslizamientos del suelo.
La acción indiscutible para mitigar la problemática era adelantar la construcción de estructuras nuevas y técnicamente mejor concebidas, como viaductos y túneles en los sitios críticos. Con tal fin se realizaron distintos estudios y uno de ellos dio origen al documento Conpes 2654 de 1993.
Las soluciones adoptadas por el Conpes fueron:
Desde la adjudicación del contrato 444, Coviandes ha cumplido con sus obligaciones contractuales e incluso ha ido más allá de lo pactado.
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Aunque Coviandes ha puesto en marcha medidas que representan verdaderos avances, aún es preciso afrontar grandes retos inherentes a un proyecto de semejante complejidad.
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El concesionario no ha tenido a su cargo la construcción de los sectores que hoy presentan problemas críticos, como el kilómetro 58 y el 64, y tampoco la estabilidad de los taludes aledaños a la vía.
Los derrumbes se localizan en los sectores construidos por el Invías, situación que se agrava día a día por la deforestación y el mal manejo de aguas y suelos, todo esto sumado a los adversos factores climáticos.
Coviandes no es el responsable de ejecutar obras de estabilidad y/o estabilización en los taludes de la carretera. La solución a esa problemática les compete tanto a las autoridades territoriales nacionales y municipales (Nación, gobernaciones y alcaldías), como a las ambientales, a través de la ANLA y las Corporaciones Autónomas Regionales.
Vía al Llano 1994
En 1994, Coviandes firmó el contrato para construir un tramo y operar y mantener toda la carretera Bogotá- Villavicencio, por un plazo de 16 años.
La carretera fue siempre muy precaria, pero empeoró con la ola invernal de inicio de los años 90. El Gobierno, en 1993, mediante un Conpes concluyó que la vía debía ser recuperada.
En 1994 Coviandes inicia los diseños y posteriormente la construcción de la nueva vía entre el Portal Bogotá (km. 13) y Puente Real (km. 38+500), incluyendo el túnel Boquerón (de 2,4 km.), con una inversión de $0,43 billones (pesos a abril del año 2019).
Esta obra fue financiada por Coviandes, con recursos propios, recuperados posteriormente a través de aportes del Invias (3,8%) y recaudo de peajes (96,2%).
El Invias toma la decisión de construir el sector Puente Real (km. 38+500) a Puente Téllez (km. 55), a través de Obra pública.
Acorde con su política el Invias construyó, a través de otros contratistas, desde Puente Real (km. 38+500) hasta Villavicencio (km. 85+600), incluyendo los túneles Buenavista (4,5 km) y Bijagual (185 metros).
Las obras construidas por el Invias fueron entregadas a Coviandes sólo para su operación y mantenimiento, cuando terminó su construcción.